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No. Si se reduce el consumo de líquidos, la orina se va a concentrar más. Lo cual, a su vez, irritará la vejiga y provocará descargas más frecuentes. Intenta tomar una cantidad acorde a tus necesidades o cada vez que tengas sed. No obstante, no se recomienda un consumo excesivo, ya que podría distenderse la vejiga.

Una de cada tres mujeres presenta escapes involuntarios de orina.* El embarazo y el parto, así como la menopausia, contribuyen a dicha cifra. Además, hasta los más jóvenes pueden tener pérdidas esporádicas de orina, muchas veces después de una rutina intensa de ejercicio. Los fumadores, aunque sean jóvenes, también son más propensos, ya que tosen con más frecuencia y eso puede relajar los músculos pélvicos. El consumo excesivo de café, té o alcohol también puede contribuir a la incontinencia.

*De acuerdo con la institución estadounidense Urology Care Foundation.

Cada vez que comes o bebes, tu cuerpo absorbe líquidos. La función de los riñones es filtrar los residuos de estos líquidos y eliminarlos del cuerpo para así producir la orina. Las pequeñas gotas pasan continuamente de los riñones a la vejiga, que se va dilatando poco a poco. Cuando está llena, el cerebro recibe la señal de que ya es hora de ir al baño. Para que la orina se elimine, el cerebro envía órdenes para que el músculo más grande de la vejiga se apriete y se contraiga. Al mismo tiempo, envía la orden a los músculos de apoyo (o del suelo pélvico) que rodean la uretra (la salida de la vejiga) para que se relajen y dejen pasar la orina.