Solo 3 pasos

Antes que nada, es importante saber cómo nos debemos de sentir al contraer estos músculos. Se encuentran en la parte más baja del abdomen, por debajo del ombligo y cerca de los huesos laterales de la pelvis. Al intentar contraerlos, sentirás una leve tensión al tacto. Nunca se sentirá una contracción más fuerte, como sucede con los cuádriceps y los glúteos, que son músculos más grandes. La sensación es más leve. Si notas protuberancias en la parte inferior del abdomen o sientes una contracción más fuerte, es probable que estés haciendo mal el ejercicio.

Consiste en una sencilla técnica para lograr una mayor elasticidad en los tejidos alrededor de la vagina, lo cual reduce el riesgo de lesiones durante el parto, así como la necesidad de episiotomía. Ayuda a prepararse para la sensación de presión y estiramiento cuando el bebé pasa por la vagina. Conocer estas sensaciones ayuda a que los músculos estén relajados y no se dañen durante el parto, además de facilitar la salida del bebé; por lo tanto, también se reduce la probabilidad de incontinencia urinaria.

Una musculatura fuerte y tonificada tiene mayor sensibilidad y capacidad de lubricación. Además, los músculos que se contraen y relajan durante el clímax estarán más fortalecidos, así que los orgasmos serán más prolongados e intensos. Otro beneficio es que, al tener mayor control de los músculos vaginales, las mujeres pueden aprender nuevas técnicas de masaje del pene de su pareja durante la penetración.